Como madre o padre, es probable que hayas oído palabras como “crisis emocionales” o “berrinches” para describir el comportamiento de los niños. Pero, ¿qué significan estos términos? ¿Debes responder de la misma manera ante ambos comportamientos?
Desde que son bebés, los niños pueden experimentar emociones y reacciones fuertes. A menudo, se usan indistintamente los términos “crisis emocional” y “berrinche” (o rabieta) para describir las conductas negativas de los niños: gritos, golpes, llantos, negarse a hacer algo, etc. Pero en realidad no son lo mismo, ya que difieren en lo que el niño intenta decirnos. Y conocer esta diferencia te permitirá reaccionar adecuadamente ante el comportamiento de tu hijo(a) para poder ayudarle.
Crisis emocionales
Cómo son:
Las crisis emocionales se producen cuando el niño se siente estresado o abrumado. El estrés puede deberse a algo que está ocurriendo en ese momento, a su estado de ánimo (extremadamente cansado, etc.) o a lo que se le pide que haga.
Este comportamiento no se debe a que el niño(a) quiere algo.
La crisis emocional (llantos, gritos, etc.) continuará incluso cuando no consiga llamar la atención con sus actitudes,
y a menudo podría no darse cuenta de que está poniendo en riesgo su integridad física.
Qué hacer:
La seguridad debe ser siempre la prioridad: asegúrate de que tu hijo(a) esté fuera de peligro. Durante una crisis, es posible que el niño necesite ayuda para recuperar el control de sí mismo y detener su comportamiento. A veces, es necesario que la madre, padre u otro adulto se coloquen a la altura del niño para hablarle y brindarle estrategias que lo ayuden a calmarse. Por ejemplo, contar hasta cinco, respirar profundamente y abrazarlo pueden ser formas de tranquilizarlo. Es posible que le lleve tiempo, así que procura no apurarlo. Dale el espacio y el tiempo que necesite para recuperar la calma física y emocional.
Berrinches o rabietas
Cómo son:
El niño reacciona porque quiere algo o porque se le niega algo que quiere.
Lo que intenta o busca en los demás es que respondan a su comportamiento,
actuando habitualmente de manera segura y con cierta distracción. O si se comporta de forma insegura, lo hace intencionalmente para llamar la atención del adulto.
Qué hacer:
Cuando el niño tiene un berrinche, lo primero que debes hacer es asegurarte de que esté a salvo. Una vez que no haya peligros, entonces puedes mostrarte indiferente ante su comportamiento y tratar de distraerlo con otra actividad. Mantente firme; si lo reprendes o le dices que no a algo que el niño te pide, no cedas luego y hagas lo que quiere. Con el tiempo, si eres constante y paciente, el niño modificará su actitud.
Consulta este video de Sesame Street sobre cómo manejar las rabietas.
Consejo para los padres: Si notas que tu hijo(a) tiene crisis emocionales con frecuencia, intenta determinar qué es lo que lo abruma: quizá se trate de alguna circunstancia específica o de que le estés pidiendo demasiado. Entender esto te permitirá modificar lo que sea que esté provocando su manera de actuar.