¿Temes la hora de dormir todas las noches? ¿Anticipas que te tocará lidiar con peleas, lágrimas y comportamientos difíciles por parte de tu niño cuando llegue el momento de irse a dormir? Si es así, no estás solo. Debido a su etapa de desarrollo y otros factores, los niños pequeños pueden hacer que la hora de acostarse sea complicada. Aquí te damos algunas estrategias que puedes intentar para ayudar a que tu niño pequeño se duerma.

Los niños pequeños se desarrollan continuamente física, emocional y mentalmente. Durante este tiempo, están ganando una sensación de independencia, lo cual puede llevar a luchas de poder con sus padres. Ellos podrían traspasar los límites como una manera de tomar control sobre su ambiente.
En muchos casos, la ansiedad por separación puede provocar dificultades a la hora de acostarse. Mientras los niños crecen, se vuelven cada vez más conscientes de lo que pasa a su alrededor y pueden sentir preocupación o miedo cuando se separan de sus padres. Esta etapa temporal muchas veces alcanza su punto máximo entre los 18 meses y los 2 años de edad. Entonces es común que a esa edad los niños pequeños pueden resistirse a la hora de acostarse, porque se preocupan por la separación.
A veces, los niños superan solos la etapa de tener dificultades a la hora de ir a dormir. Pero tú puedes ayudar a tu niño a sentirse relajado y listo para ir a dormir intentando cualquiera de estas estrategias.
Establece una rutina constante a la hora de acostarse: Crea una rutina relajante y predecible a la hora de acostarse con actividades como tomar un baño tibio, leer un libro o cantar una canción de cuna. Esto ayuda a indicarle a tu niño pequeño que es hora de relajarse y prepararse para dormir.
Establece una hora de acostarse adecuada: Asegúrate de que tu niño se acueste a una hora apropiada para su edad, teniendo en cuenta sus siestas y sus niveles de actividad. Un niño pequeño demasiado cansado puede volverse más irritable y resistente a irse a dormir. Los expertos recomiendan que los niños pequeños se preparen para ir a dormir alrededor de las 6:30 p.m. o 7:00 p.m. para que puedan relajarse y quedarse dormidos alrededor de las 7:30 p.m.
Crea un ambiente cómodo para dormir: Asegúrate de que el cuarto de tu niño sea un espacio tranquilo y callado con luz suave, sábanas suaves y temperatura cómoda.
Usa refuerzos positivos: Alaba a tu niño cuando colabore y siga su rutina antes de acostarse sin resistencia. Ofrécele pequeñas recompensas o incentivos, como poner una calcomanía especial en el calendario por cada noche que se acueste sin problemas.
Establece límites y pon consecuencias: Comunica claramente las reglas y expectativas a la hora de acostarse. Haz cumplir constantemente las consecuencias por no seguir la rutina, como por ejemplo perder privilegios de tiempo frente a una pantalla (la televisión, tableta, etc.) al día siguiente.
Ofrece objetos reconfortantes: Dale a tu niño su animal de peluche favorito o una cobija para ayudar a aliviar la ansiedad y dar consuelo a la hora de acostarse.
Transición poco a poco: Si tu niño pequeño tiene miedo de quedarse en su cuarto, intenta un proceso de transición gradual, o poco a poco. Pasa unos días sentado junto a su cama mientras se acomoda, luego aléjate un poco más cada noche hasta que estés afuera de su puerta.
Evita usar la cama o el cuarto como zona de “time out” (tiempo fuera) o lugar de castigo. Esto puede aumentar los sentimientos de miedo o temor en los niños cuando llega la hora de acostarse.
