Aunque tu hijo haya ido ya al preescolar, empezar el KT o el kínder sigue siendo un momento de transición y una experiencia nueva. A veces decir adiós puede provocarnos tristeza; por eso, aquí te brindamos algunas estrategias para sobrellevar el momento de la despedida.
Dejar a los niños en la escuela es un momento importante, ya se trate del primer día de clases o de cualquier otro día del año. Aunque la mayoría de los niños se adaptan rápidamente y tienen ganas de ir a la escuela, algunos pueden tener dificultades para despedirse de sus padres o cuidadores. Tu confianza y apoyo pueden ayudarles a entender que la escuela es un lugar alegre, divertido y seguro donde pueden aprender. Aquí hay algunos consejos para el momento de la despedida:
Antes del primer día de clases, prepara a tu hijo para esta nueva experiencia. Llévalo a visitar la escuela y participen de las reuniones de orientación previas al inicio de clases. Organiza algunos días para que tu niño juegue con otros niños de la misma escuela y conozca al maestro(a), si es posible.
Llega temprano para que tu hijo tenga tiempo de adaptarse. En especial los primeros días de clases, es bueno que vayas con tiempo de sobra para aparcar, caminar hasta el salón de clases e incluso jugar un rato en el patio antes de que suene la campana. Llegar apurados puede hacer que la despedida sea más estresante, así que llega temprano. Además, esto le enseñará a tu hijo la importancia de ser puntual.
Mantén una actitud alegre y positiva. Tu hijo sabrá por el tono de tu voz si estás preocupada o triste. Sonríe, muéstrate alegre y dile cómo seguirá el día después de clases, incluido quién irá a recogerlo y dónde.
Crea una rutina de despedida. Dale un beso para que “guarde” en sus manos mientras tú no estés, canten juntos una canción especial o dale un fuerte abrazo de oso.
Déjale un juguete u objeto favorito. Lleva el peluche, juguete o manta favorita de tu hijo para facilitar la transición del hogar a la escuela. Recuérdale que puede conservar su juguete favorito en la mochila mientras está en la escuela.
Evita acudir al “rescate”. Una vez que salgas del aula, intenta no mirar atrás, aunque escuches que tu hijo llora. Los maestros con experiencia saben cómo atender adecuadamente a los niños, y si tú corres de regreso, tu hijo pensará que necesita estar contigo todo el tiempo. Esto seguramente dificultará la transición a la escuela. Si necesitas asegurarte de que tu niño está bien, espera unos minutos afuera del aula o habla con la maestra(o) cuando vayas a recogerlo para preguntarle cómo estuvo todo.
Consejo breve: Pregúntale a la maestra(o) de tus hijos cuál será la primera actividad del día así pueden hablar de eso cuando van camino a la escuela. ¡Esta es una estupenda forma de entusiasmar a tus hijos con su día de clases!