La crianza es el modo en que una familia forma a sus hijos. En gran medida, consiste en enseñarle a tu bebé cuáles son las formas de comportamiento y las reacciones adecuadas. Antes de decidir cómo disciplinar a tu bebé, es importante explorar distintas estrategias y elegir el enfoque que resulte mejor para tu hijo(a) y tu familia. No dudes en modificar los métodos y combinar las estrategias, siempre y cuando ayuden a tu bebé a aprender de manera positiva y te permitan ser coherente con lo que haces. Recuerda darle forma a tus expectativas.
A medida que tu bebé crezca, deje de ser un recién nacido y se vuelva más físico y verbal, aprenderá “haciendo” cosas, y para ello puede que necesite saber qué está “bien” y qué no. Aunque muchas veces no tengamos el conocimiento en cómo “criar” a un bebé, es importante comenzar a utilizar el estilo y los patrones de crianza desde que el niño es bebé. Esta es la etapa en la que estableces, ya seas madre, padre o cuidador, el modo en que responderás cuando tu bebé esté enojado, haga algo que no quieras o intente cosas nuevas.
Felicita a tu bebé cuando logra hacer algo: dame los cinco, aplausos, palabras positivas, sonrisas y, desde luego, muchos mimos y amor son excelentes formas de reconocer un comportamiento positivo.
Usa un tono de voz calmado y constante: si te enojas, es más probable que él también se enoje.
Mantén un contacto visual directo cuando le das instrucciones o le muestras cómo debe comportarse. Conseguir primero su atención le ayudará a reforzar su capacidad de escucha.
Dale opciones a tu bebé (dos suelen ser suficientes) diciéndole o mostrándole las posibilidades. Cuando quiere tomar la comida de la mesa, pregúntale: “¿Quieres un jugo de manzana o prefieres una banana?”.
Muéstrale a tu bebé lo que quieres que haga. Por ejemplo, si arroja un juguete, levántalo y colócalo con calma en su lugar.
Canta para darle instrucciones o pedirle lo que quieres que haga, y hazlo de manera calmada como si fuera una canción de cuna. Te ayudará a no levantar la voz sin tener que hacer un esfuerzo. Por ejemplo, puedes cantar “¡A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar!”.
Dile a tu bebé lo que pasa y lo que quieres que suceda. Adviértele cuando se aproxima un momento de transición y hazle saber tus expectativas. Por ejemplo, puedes decirle: “Ya es hora de tu siesta, así que jugaremos un minuto más y luego, a dormir”.
En tiempos de crisis profundas, como durante una emergencia nacional o durante una pandemia, aquí puedes obtener más consejos sobre la crianza de los niños y cómo manejar el estrés.
Consejo importante: Cuando sientas que tu bebé comienza a enojarte o no consigues calmar su llanto, haz una pausa para recuperarte ¡y no olvides respirar profundo! Si es posible, deja que otra persona se encargue brevemente de él; y si no hay nadie para ayudarte, colócalo un momento en algún lugar seguro (la cuna, por ejemplo). Tomarte unos minutos para recuperar la calma y el control de tus emociones te ayudará a saber qué hacer.