Hoy en día las familias están más ocupadas que nunca, y es difícil encontrar un momento para la lectura entre tantas actividades diarias. Aquí encontrarás distintas formas de leer con tus hijos todos los días, ¡y en cualquier lugar!
Siempre hay oportunidades para leer, ya sea en casa o mientras viajas, incluso en los días más ocupados. ¡Tus hijos entenderán mejor lo que les sucede si les lees o les cuentas un cuento sobre el mundo que los rodea!
Cómo integrar la lectura en tu vida diaria:
Cuando estén en la tienda, lee con tus hijos la lista de compras y pídeles que te ayuden a buscar los artículos.
Lee lo que sea que tengas en tu casa, desde la caja de cereales durante el desayuno hasta una revista o una carta que recibas por correo.
Lee las señales de tránsito y los letreros publicitarios cuando estén viajando o caminando juntos.
Lleva algunos libros contigo a donde sea que vayan. Ya sea en la sala de espera del médico o en la parada del autobús, aprovecha esos momentos como una oportunidad para leer juntos.
Organiza un paseo que esté relacionado con algún libro que hayan leído recientemente. Por ejemplo, si a tu hijo le gustó un cuento sobre los camiones de bomberos, llévalo a conocer la estación de bomberos de tu localidad.
Visiten la biblioteca regularmente y obtén una credencial gratuita para tus hijos. Muchas bibliotecas ofrecen diversas actividades para los niños, incluidas lecturas gratuitas de cuentos.
Jueguen con las palabras y las letras. Por ejemplo, pídele a tu hijo que encuentre todas las letras “p” mientras van en automóvila la guardería infantil o el preescolar, o que te ayude a buscar una palabra en particular en el libro que están leyendo juntos.
Si usas el teléfono o la tablet mientras estás con tus hijos, lee en voz alta lo que estás buscando o explícales lo que estás haciendo sin dejar de interactuar con ellos.
Cuéntales historias y describe lo que haces durante el día. El “relato oral” es lo mismo que un libro, ¡solo que no está escrito!
Sabemos que la vida está llena de ocupaciones, pero recuerda que lo importante es la calidad del tiempo que dediques a leer con tus hijos. ¡No te rindas, lo estás haciendo muy bien!