Jugar no tiene por qué ser complicado ni necesita de juguetes costosos. Ya sea en casa o de camino a otro sitio, puedes encontrar oportunidades para divertirte y jugar de manera sencilla, y así ayudar al crecimiento cerebral de tu bebé.
El tiempo que dediques a conectarte con tus hijos, sin importar lo breve o simple que sea, es algo muy especial que valorarán por siempre. Haz que el juego compartido forme parte de esos momentos.
Las más sencillas interacciones con tus hijos, en las rutinas y actividades cotidianas, pueden incluir alguna especie de juego. Y recuerda siempre: si tú te diviertes, es muy probable que tus hijos también lo hagan. Juntos son un equipo, ¡y lo están haciendo de maravilla!
Aquí hay algunas ideas para incorporar el juego en tu rutina diaria:
Juega un rato al cucú o “¿Dónde está el bebé?” cuando entres a la habitación de tu bebé por la mañana o después de la siesta.
Corran juntos los últimos metros hasta la puerta de la escuela o del jardín maternal.
Canten usando la cuchara como micrófono mientras cocinan juntos.
Jueguen con la escoba mientras barren juntos la casa.
Tararea una canción cuando van en el coche y pídeles a tus hijos que adivinen cuál es.
¡No hace falta demasiado para jugar y disfrutar juntos cada día!
Consejo para los padres: Los niños pueden darse si te estás divirtiendo o no. Si escoges actividades y juegos entretenidos para todos, es más probable que tú también quieras jugar.