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Tu bebé ya no es un recién nacido, y por eso puede expresar mejor qué quiere, qué le gusta y qué necesita. Asimismo, tú lo conoces más y lo entiendes mejor.

Durante esta etapa, las rutinas y los horarios no solo son más fáciles de aplicar, sino también más importantes que nunca. Las rutinas y estructuras ayudan a que los niños sepan qué esperar, aprendan del entorno y sientan seguridad.

1. Mantén cierta regularidad en tus actividades diarias. Tener rutinas similares todos los días puede ayudar a que tu bebé sienta una mayor confianza en su alrededor.

2. Haz que tus horarios y entornos sirvan de ayuda para crear rutinas. Desde cantarle la misma canción al despertar hasta usar una sabanita especial para dejarlo boca abajo por un tiempo, la constancia y la regularidad nos ayudan a seguir una rutina y a prepararnos para ciertos horarios del día. Cuando tu bebé esté a punto de dormir, procura que sea en un lugar tranquilo y con poca luz (el dormitorio, por ejemplo). Si planeas compartir un rato juntos, puedes salir a dar un paseo y contarle lo que ves. Cambiar de lugar puede ayudarle a comprender que otro momento de la rutina o del día está por comenzar. Los entornos nuevos también te darán más oportunidades para interactuar con tu bebé (por ejemplo, nuevas cosas para ver o escuchar).

3. Usa las rutinas para organizar los horarios del día. Las rutinas pueden corresponder específicamente a ciertos momentos del día (la hora de dormir, de bañarse, etc.) y a la vez pueden servir para organizar las actividades de todo el día. Empieza por lo que resulte mejor para ti y tu bebé. Ahora que tu bebé puede brindarte más respuestas mediante la sonrisa, el balbuceo o incluso hablando, pregúntale y presta atención a lo que diga o haga (ENLACE a la página de Servicio y devolución), y respóndele adecuadamente.

4. ¡Sé flexible! Durante esta etapa, los bebés cambian mucho todos los días porque hacen cada vez más cosas. Si notas que alguno de sus hábitos se modifica, tómalo como algo normal. ¿Tu bebé ya se sienta por sí solo? ¿Puedes darle de comer en una sillita alta? ¿Prefiere mirarse en el espejo y hablar contigo y tu reflejo en lugar de quedarse en la mecedora y oír un cuento? Intenta fluir con lo que se presenta cada día. Si ves que las cosas no se dan como planeabas, simplemente puedes corregir o retomar lo que tenías en mente al día siguiente. Recuerda que las rutinas y los horarios deberían ayudarles a ti y a tu bebé, no provocarles más estrés.

CONSEJO BREVE:

Cántale a tu bebé la canción “El baile del Hokey Pokey” mientras lo vistes por la mañana (y durante el resto del día). A medida que cantas, nombra las partes del cuerpo que estén usando para vestirse. “Brazo derecho adentro” (cuando pongas su brazo derecho en la manguita de la camiseta), “brazo derecho afuera” (al sacarlo de la manguita) “y ahora vamos a bailar” (haciéndole cosquillas).

Aquí hay tres actividades fáciles para hacer con tu bebé desde los tres meses hasta el primer año:

Contar cuentos. Léele un cuento a tu bebé cuando esté sentado y escuchando, o incluso gateando por el lugar. Es normal si parece que no te presta atención, lo importante es que oiga el sonido de tu voz. ¡Sé constante!

Explorar juguetes. Coloca varios juguetes al alcance de tu bebé y observa la manera en que los mira, los toca e interactúa con ellos. Ponte en el suelo a la misma altura que tu bebé y descríbele los los colores y las formas de los juguetes.

Salir de paseo. Los parques son excelentes lugares para caminar, disfrutar de los columpios o simplemente ver jugar a otros niños. Descríbele a tu bebé lo que están observando o haciendo juntos.