¿Sabías que el reconocer y responder a las reacciones de tu niño pequeño son cruciales para su desarrollo cerebral? Sigue leyendo para conocer más sobre estas interacciones tan importantes.
Tan pronto como llega al mundo, tu hijo(a) y tú comienzan a relacionarse interactuando el uno con el otro. Aunque parezcan sencillos, estos intercambios no solo son importantes para el desarrollo cerebral de tu niño pequeño, sino que ayudan también a crear y profundizar el vínculo afectivo entre ambos.
Tu hijo(a) puede empezar a interactuar de distintas maneras: haciendo ruidos, señalando a personas u objetos, y llevándote cosas como su juguete o su libro favorito. Estas son oportunidades para que tú respondas de forma significativa, ya sea reconociendo que quiere leer un libro contigo o expresando en voz alta lo que crees que quiere decir. Todas estas interacciones simples estimulan la actividad cerebral de tu niño pequeño, ¡e incluso ayudan a disminuir sus reacciones negativas!
Por ejemplo, cada vez que se queja, se cubre la cara o llora por algo, es su manera de decir: “¿Te das cuenta de que estoy molesto? ¿Vas a hacer algo al respecto?”. Es importante que tu respuesta sea empática y le brinde la seguridad de que estás allí para cuidarlo y ayudarlo.
Cómo interactuar con tu hijo(a):
1. Niño pequeño: Se acerca caminando a la ventana y le da golpes.
2. Mamá o papá: “Esa es la ventana. ¿Qué ves allí afuera?”.
1. Niño pequeño: Mueve las manos como saludando.
2. Mamá o papá: “¡Mira qué bien saludas! Podemos decirle adiós a la gente que pasa”.
1. Niño pequeño: Empuja un autito de juguete.
2. Mamá o papá: Repite la acción del niño pequeño y dile: “¡Brrrum, brrrum! ¡Vamos de paseo!”.
1. Niño pequeño: Se golpea la cabeza y queda mirándote.
2. Mamá o papá: “¡Auch! Te golpeaste la cabeza. ¿Estás bien?”.