Tanto la sordera como la pérdida de la audición pueden detectarse y tratarse tempranamente en el desarrollo del niño. Aquí podrás conocer más sobre las causas, las pruebas de detección y los servicios de apoyo.
Después de haber dado a luz en el hospital, a tu bebé le harán un examen de audición específico llamado prueba de audición del recién nacido. Tal vez creas que es imposible practicar una prueba de audición a tan corta edad, pero estos exámenes —que son obligatorios en los hospitales de Estados Unidos— están diseñados para evaluar si el recién nacido puede oír bien. Esta iniciativa se lleva a cabo en todo el país para identificar lo antes posible a los bebés con pérdida de la audición, a fin de brindarles el servicio de intervención temprana que sea necesario. Recibirás los resultados de tu bebé inmediatamente después de que le realicen la prueba. Pregúntale al pediatra si hay algo más que quieres saber o tienes alguna duda.
Si los resultados de esta prueba de audición no son buenos, tu bebé recibirá el seguimiento adecuado para determinar con exactitud cuáles son sus necesidades. La pérdida de la audición tiene distintos grados, pudiendo a veces ser mínima y otras veces grande.
Cuando hablamos de pérdida de la audición, o de discapacidad auditiva, nos referimos a la incapacidad del niño para oír algunos o todos los sonidos, de forma normal según su edad. Las causas pueden ser muchas, desde un problema genético hasta factores ambientales. Los signos de pérdida de la audición son:
No reacciona ante un ruido fuerte.
No gira la cabeza ni el cuerpo ante un sonido (pero sí ante una imagen).
Retraso en el desarrollo del habla.
No responde ante un pedido.
La sordera es la pérdida de la audición funcional, y las personas con esta afección necesitan del apoyo visual para comunicarse y hacer uso del lenguaje. El grado de discapacidad se determina mediante la prueba de audición del recién nacido; no obstante, si ello no es posible, los signos que deben controlarse son similares a los ya mencionados para la pérdida de la audición, aunque muy probablemente en mayor grado.
Intervenciones y servicios
No existe una única forma de intervenir o comunicarse que funcione mejor para todos los niños sordos o con problemas auditivos. Los tratamientos pueden incluir la terapia del habla/lenguaje, el lenguaje de señas, la comunicación aumentativa asistida (sistema que produce sonidos y palabras para el niño) o cualquier combinación de ellos.
A diferencia de lo que sucede con otras afecciones, los niños con sordera o pérdida de la audición reciben servicios de apoyo a través de su distrito escolar local. Los Centros Regionales pueden proporcionar servicios de apoyo complementarios, en especial si hay otros retrasos en el desarrollo; pero los principales servicios de ayuda, cualquiera sea el problema auditivo del niño, están a cargo de las escuelas locales. Si tu recién nacido tiene sordera o pérdida de la audición, comunícate de inmediato con el distrito escolar local para empezar a recibir los servicios de intervención temprana.
Habla. Lee. Canta.
Diversas investigaciones indican que los niños pueden aprender el Lenguaje de Señas Americano de igual forma que el lenguaje normal. Por lo tanto puedes hablarle, leerle y cantarle a tu hijo(a) usando el lenguaje de señas. Aquí encontrarás algunos videos útiles para comenzar.
Consejo para padres: Como madre o padre, conoces a tus hijos mejor que nadie. Si notas que algo en su comportamiento o desarrollo no está bien, habla con el pediatra sobre lo que te preocupa.
Para obtener más información sobre el Lenguaje de Señas Americano para padres de niños con sordera o discapacidad auditiva, haz clic aquí.