Para tu bebé no hay mejor cosa para trepar y jugar que tú mismo. Si te conviertes en un animal al que pueda “montar”, la diversión está asegurada. ¡Aquí te mostramos cómo hacerlo!
Una tapete, manta o superficie blanda y despejada.
¡Tú!
Busca una superficie blanda y libre de objetos donde puedas recostarte boca arriba. Coloca a tu bebé sentado sobre tus caderas o tus rodillas flexionadas. Hazlo rebotar sobre ti mismo sosteniéndolo en posición erguida. Juega a que eres un caballito u otro animal imitando sus sonidos. Mientras haces rebotar a tu bebé sobre ti mismo, puedes decirle “Arre caballito, arre caballito. ¡Eso, eso, eso!”.
¡Puedes ser el animal que tú quieras! Para captar la atención de tu bebé, detente un momento así te pide que vuelvas a moverte. También puedes ir variando el ritmo y la velocidad de los movimientos.
Una variante divertida de esta actividad es “la caída”. En lugar de recostarte, siéntate con tu bebé sobre tus piernas y déjate caer lentamente hacia atrás hasta tocar el suelo con tu espalda, sujetando al bebé contra tu pecho. Hazlo varias veces. Es posible que tu bebé se empuje hacia atrás sobre tu pecho para pedirte que lo hagas de nuevo. Si hace eso, puedes decirle “¿Quieres que lo haga otra vez? Bien, aquí vamos: a la una, a las dos y a las... ¡tres!”.
Esta actividad le ayudará a tu bebé a desarrollar las destrezas motoras, socioemocionales y de anticipación.
