Jugar al escondite es un clásico que requiere de astucia y movimiento, y por eso les encanta a los niños pequeños. Aquí te mostramos cómo esta simple actividad ayuda al desarrollo de tu hijo.
¡Tú!
Al jugar al escondite, tu niño pequeño aprenderá a buscar cosas (¡o personas!) ocultas y a resolver situaciones.
Busca un lugar seguro para jugar y comienza pidiéndole a tu hijo que se esconda mientras tú cuentas.
Cúbrete los ojos, cuenta hasta 10 y luego dile, “¡Listo o no, allí voy!”.
Describe tus “movimientos” en voz alta para que pueda oír dónde estás buscando. Puedes decir, “Buscaré dentro del clóset. A ver, ¿está por aquí? ¡No! ¿En qué otro lugar podría esconderse?”. No tardes mucho en descubrir su escondite para asegurarte de que no se aburra.
Cuando lo encuentres, hazle cosquillas y dile, “¡Te encontré! ¿Ahora a quién le toca esconderse?”.
Es posible que algunos niños al principio no sepan cómo esconderse, así que juega primero con otros adultos u otros niños para que tu hijo pequeño pueda ver en qué consiste el juego.
Esta actividad le ayudará a tu niño pequeño a desarrollar las habilidades de escucha, matemática básica, comprensión, imitación y atención, así como las destrezas motoras, sociales, lingüísticas y de comprensión emocional.