Muchos niños perderán su apetito en algún momento. Como padres, es natural preocuparse cuando tu niño parece que no come tanto como normalmente lo hace. Es importante identificar qué podría estar causando la pérdida de apetito y cuándo es momento de buscar la ayuda de tu pediatra.
Hay muchas razones comunes por las cuales un niño puede perder el apetito. Muchas veces el apetito de los niños regresa en unos días. Éstas son algunas de las causas más comunes de la pérdida del apetito en niños pequeños:
Enfermedad: Las enfermedades comunes como resfriados, gripe e infecciones de oído pueden provocar pérdida del apetito en los niños. Las enfermedades más graves como la neumonía, faringitis y gastroenteritis también pueden afectar el apetito.
Dientes nuevos: Cuando a un niño le están saliendo los dientes, sus encías pueden estar adoloridas y sensibles, lo que puede provocar que pierda el apetito o tenga problemas para comer.
Estrés tóxico: El estrés tóxico es un tipo de estrés que puede tener un impacto negativo en el bienestar físico y emocional de un niño. Cuando un niño tiene estrés tóxico, su cuerpo produce altos niveles de hormonas de estrés, como cortisol y adrenalina, que pueden interferir con su apetito y digestión. El estrés tóxico también puede afectar la capacidad del cerebro para manejar las señales de hambre y de estar lleno, lo cual provoca pérdida del apetito o que coma menos.
Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antibióticos y calmantes para el dolor, pueden provocar pérdida del apetito en los niños.
Problemas dentales: Los problemas dentales como caries o enfermedades de las encías pueden causar dolor o malestar al comer, lo cual puede llevar a que los niños eviten comer.
Preferencias alimentarias: Los niños pequeños pueden ser quisquillosos o selectivos con la comida y tener ciertos alimentos que se niegan a comer.
Comer en exceso: Los niños que comen demasiado en una comida o botana pueden no tener hambre para la siguiente comida.
Crecimiento acelerado: El apetito de los niños puede cambiar mientras pasan por períodos de crecimiento acelerado. Es posible que coman más de lo normal durante el período de crecimiento acelerado y que luego coman menos cuando su crecimiento se desacelere.
Es importante monitorear el peso y el crecimiento de un niño si está pasando por una pérdida de apetito. Aquí hay algunas señales que pueden indicar la necesidad de consultar a tu pediatra:
Pérdida de peso: Si tu niño está perdiendo peso o no aumenta de peso como se esperaba, podría ser una señal de un problema más importante.
Pérdida continua del apetito: Si el apetito de tu niño no mejora después de unos días, podría ser el momento de consultar a tu pediatra.
Fatiga o debilidad: Si tu niño parece inusualmente cansado o débil, podría ser una señal de que no está recibiendo suficientes nutrientes.
Otros síntomas: Si tu niño presenta otros síntomas, como fiebre, vómitos o diarrea, además de pérdida del apetito, es muy importante consultar a un médico.
Si te preocupa la pérdida del apetito de tu niño, siempre es una buena idea consultar a tu pediatra. Él o ella te pueden ayudar a determinar si hay un problema de fondo que debe ser revisado y también te puede brindar orientación sobre cómo ayudar a tu niño a recuperar el apetito.
Mientras tanto, trata de ser paciente y comprensivo. Ofrécele una variedad de alimentos saludables y anima a tu niño a comer cuando tenga hambre. Recuerda que es normal que el apetito de los niños cambie y, la mayoría de las veces, la pérdida del apetito es temporal y no es motivo de preocupación.
